¿QUÉ INCORPORO DE LA HIPNOSIS ERICKSONIANA en mi trabajo de acompañamiento en procesos de orientación, coaching y
terapia?
Desde que tomé contacto con la hipnosis ericksoniana mi forma de entender la relación terapéutica y el acompañamiento cambió radicalmente.
Entendí y sentí -por poderlo experimentar en mí misma- la inmensidad del mundo interno de las personas. Son muchos los cerrojos que desde que venimos al mundo vamos poniendo a nuestra mente
inconsciente. Hay factores culturales y también cuestiones ligadas al funcionamiento individual que nos alejan de nuestro mundo interno -un mundo sabio y generativo- para dejarnos bien
encerraditos en una mente más lógica y lineal.
Lo entiendo 'como si' a un bosque inmenso le ponemos unos cercos con intención de manejarnos en un espacio más conocido, seguro, cómodo, en el que tener nuestras
cosas a mano, donde poder controlar el día a día, donde ser más eficientes. Fuera del linde del cerco, sigue habiendo un bosque grande y precioso. Pero nos olvidamos de él, nos quedamos en lo
conocido y seguro.
Allí fuera del cerco vamos lanzando lo que no nos gusta, lo que no nos gusta, nos duele, asusta, agobia, lo que no entendemos, lo que molesta y no queremos ver por ahí enmedio, lo que creemos (o nos hacen creer) que es peligroso, lo que no queremos recordar... Nos convencemos de que hay más allá del cerco no nos es útil, es inseguro o es dañino, o simplemente queremos hacerlo invisible y que no toque nuestra zona de confort.
Al final te olvidas de todo eso que has lanzado fuera y te olvidas de todo el pedazo de tierra que podrías utilizar!!! Todo ese inmenso bosque es tu mente, tu conciencia. El terrenito cercado sería tu mundo consciente y ese bosque olvidado, lleno de recursos para ti, en el que decides no mirar, sería tu mente inconsciente. Y todo eso está vivo en ti, no es algo ajeno a tu realidad cotidiana.
Por suerte, toda esa inteligencia está ahí, solo que -por decirlo de alguna manera- 'a oscuras'. Con la hipnosis eriksoniana ponemos luz a esa
oscuridad.
Te lo cuento con una metáfora, tal como me lo enseñó mi querido maestro Allan Santos: imagina que a un niño le dices que debe bajar él solo a un sótano oscuro,
en el que no sabe qué puede encontrar. Da miedito, eh? Y qué pasa si a ese niño le das la mano y le dices que tu le vas a acompañar, que vas a iluminar y poner luz a esa oscuridad,
que juntos vais a descubrir -con curiosidad y apertura- un espacio en el que seguro van a aparecer cosas muy interesantes y posibilitadoras de una vida más plena.... ¿apetece más bajar ahora,
verdad?
Pues esto es lo que te permite -entre otras cosas- el trabajo desde esta modalidad de hipnosisl, la ericksoniana (a años luz de le hipnosis clásica o la que ves por la tele).
Yo utilizo la hipnosis para crear un estado interno -en mí y en mi cliente. De resultas de ello se congfigura un clima de comunicación y trabajo que facilita y potencia muchísimo la intervención.
Decirte que para mí el estado de trance (lejos de los tópicos) es un estado de relajación, una forma de aflojar un poquito el control de la 'sala de máquinas' que es la mente consciente para entrar en un espacio de creatividad, flexibilidad, apertura, curiosidad y confianza. Para nada dejas tu voluntad en manos de nadie! ni nadie te obliga a hacer nada extraño (lamentablemente, la tele y las películas han distorsionado mucho este trabajo; supongo porque mucha gente se ha lucrado haciendo de la hipnosis un negocio o un espectáculo. En fin, hay sitio para todos).
¿PARA QUÉ es útil y eficiente la HIPNOSIS ERICKSONIANA en procesos de coaching y terapia?
Yo entiendo la hipnosis ericksoniana como algo que va más allá de una herramienta o una técnica específica con indicaciones precisas para casos concretos. Para
mí , es un camino para conseguir un estado (en mí y en la persona o personas con las que trabajo) de relajación y apertura de la mente lógica y racional para que sea más fácil y efectivo el proceso
de comprensión, integración, transformación y cambio.
Cuando uno abre la mirada, relaja el control y afloja lo que está bien apretado en la neurología, favorece que las comprensiones, experiencias y sensaciones (nuevas y
antiguas) se muevan: ya sea para encontrar otro lugar más adecuado o para ser sustituidas por algo nuevo y más útil.
La manera de llegar a ese estado es simple: respirar, conectar con las sensaciones del cuerpo, dejar descansar a la mente consciente (que no quiere decir ni mucho
menos anularla), abrir los sentidos, atender a lo que el cuerpo va expresando y confiar en la propia sabiduría. El propio cuerpo -con sus 3 inteligencias: cognitiva, emocional y corporal; además de
la energía que se crea en el momento de la interacción terapeuta o coach y cliente- es el encargado de gestionar el proceso. Mi trabajo aquí solo es guiar y acompañar al cliente, en base a la
propuesta que nos ocupe en la sesión.
Aunque para mí un estado hipnótico latente está siempre presente en mi modo de acompañar, por mi experiencia personal se me hace especialmente recomendable el trabajo con hipnosis para:
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