de dónde vengo...
*La PNL (programación neurolingüística) me ha dado una clara comprensión de cómo yo funciono, y de cómo funcionamos las personas. Qué hay por detrás de mi comportamiento y mis acciones, qué me mueve a pensar, interpretar, actuar, decidir, sentir, expresar,.... de una determinada forma, de esa forma que me es tan propia… y a la vez no me diferencia en absoluto de las demás personas.
El camino de la PNL es largo. Nació en los años 70 y desde entonces no se ha parado de investigar y de ampliar su perspectiva. A mi entender, es una disciplina que se mantiene cada vez viva, actualizada, tanto en contenidos como en objetivos, aplicaciones, herramientas y modelos.
No entiendo la PNL como una terapia y sí como un modelo de trabajo transversal, con un conjunto de herramientas que me permite integrarla en otros sistemas y metodologías de intervención, ya sea en coaching o en terapia (seguir leyendo...)
Desde que tomé contacto con la hipnosis ericksoniana mi forma de entender la relación terapéutica y el acompañamiento cambió radicalmente.
Entendí y sentí -por poderlo experimentar en mí misma- la inmensidad del mundo interno de las personas. Son muchos los cerrojos que desde que venimos al mundo vamos poniendo a nuestra mente inconsciente. Hay factores culturales y también cuestiones ligadas al funcionamiento individual que nos alejan de nuestro mundo interno -un mundo sabio y generativo- para dejarnos bien encerraditos en una mente más lógica y lineal.
Es algo 'como si' a un bosque inmenso le ponemos unos cercos con intención de manejarnos en un espacio más conocido, seguro, cómodo, en el que tener nuestras cosas a mano, donde poder controlar el día a día, donde ser más eficientes. Fuera del linde del cerco, sigue habiendo un bosque grande y precioso. Pero nos olvidamos, nos quedamos en lo conocido.
Allí fuera del cerco vamos lanzando lo que no nos gusta, lo que nos duele, asusta, agobia, lo que no entendemos, lo que molesta y no queremos ver por ahí enmedio, lo que creemos (o nos hacen creer) que es peligroso, lo que no queremos recordar... Lo que hay más allá del cerco no nos es útil, es inseguro o es dañino, o simplemente queremos hacerlo invisible y que no toque nuestra zona de confort.
Al final te olvidas de todo eso que has lanzado fuera y te olvidas de todo el pedazo de tierra que podrías utilizar!!! (seguir leyendo...)
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